No volverá el mundo a ser tan puro como lo es en esos ojos.
Nunca he querido crecer, he tenido claro todo lo que perdemos con la niñez, lo que dejamos atrás es lo mejor, y me da una pena infinita. No quería madurar. Me daba cuenta de la pérdida conmigo misma y ahora lo veo con mis hijos, aún de forma más consciente. No sé lo que daría para mantener su inocencia intacta. Lucho con uñas y dientes, pero no lo consigo, me desespero casi cada día. Crecen a mi pesar, y se me escapa entre los dedos ese yo que sé maravilloso que poseen.
Nunca he querido crecer, he tenido claro todo lo que perdemos con la niñez, lo que dejamos atrás es lo mejor, y me da una pena infinita. No quería madurar. Me daba cuenta de la pérdida conmigo misma y ahora lo veo con mis hijos, aún de forma más consciente. No sé lo que daría para mantener su inocencia intacta. Lucho con uñas y dientes, pero no lo consigo, me desespero casi cada día. Crecen a mi pesar, y se me escapa entre los dedos ese yo que sé maravilloso que poseen.