11 de julio de 2006

ESTE MAR (2ª parte)

De madrugada me acerco a la orilla porque estoy últimamente acostumbrada a trasnochar. La resaca es increíble, es un gigantesco mecanismo de succión. El manso mar que de día te lleva suave a la arena, de noche es un monstruo que sólo existe para atraerte y engullirte sin piedad.
Nado a las boyas sin saber si me restarán fuerzas para volver. Mi cuerpo está helado a pesar del esfuerzo y el penetrante sabor a sal me aturde; la luz de la luna convierte la superficie en un peligroso espejo. Durante un instante horrible, cuando estoy tan adentro, sola en la inmensidad del agua, me siento insignificante y pienso que no importaría si realmente no tuviera más fuerzas. Pero me importa... y vuelvo.
Escribo esto tumbada en la arena con el corazón a mil por hora.
Me duermo escuchando el mar y un cuarteto de chavales peruanos que tocan a unos pasos. Así en mi alma se mezclan la música y las olas en un frenesí de notas y burbujas. Por fin, al tiempo de entregarme a los sueños me alegro de que existan tantas cosas por las que deseo vivir eternamente.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho como escribes. Porque se siente una como si estuviera tambien en la boya...sintiendose un trozo de materia del universo sin mas.

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  2. Gracias. Seguro que estabas en la boya ;-)

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