La música y los niños

Mi hija se interesó por la música bastante pronto y ahora ya está empezando a aporrear un instrumento. Tiene la suerte inmensa de tener la oportunidad de hacerlo , una suerte que aún no sabe apreciar evidentemente; ya lo aprecio yo. Para ella es sólo un juego, un juego más.
Ayer la escuela de música organizó un pequeño concierto con todos sus alumnos para que a los papis se nos cayera la baba. Y efectivamente se nos cayó del todo. La primera palabra que me viene a la mente es milagro. Ver a unos canijos de tres años perfectamente alineados arrancar más de dos notas seguidas a las cuerdas del violín... te lo crees porque lo estás viendo :-)
Si escuchar un instrumento en directo es bonito, cuando los intérpretes son niños es apabullante, y cuando acaban una pieza y levantan el arco con esa gracia que parecen llevar años dando conciertos ya es que te dejan noqueado (un verbo nuevo que uso).
En resumen, una experiencia que conjuraré contra los malos momentos, je je.