24 de abril de 2011

Intacto



Mi amor aparece intacto madrugando en alguna de esas calles,
pasea lento su sonrisa dejándose templar por el sol del mediodía
y puedes cogerlo de la mano al doblar una esquina o salir de un café.
No se muere al avanzar la jornada, antes se despreocupa de sus sombras
porque al caer la tarde se desgrana en los verdes y oros de altos jardines
y rodando al mar por las ramblas estalla en rayos de luz sobre azabache,
adormeciéndose en la espuma blanca hasta despuntar -intacto- una vez más.