3 de noviembre de 2010

La ventana


¿Se puede tener tan dura la cara,

y tanto desenfreno es imaginable?
Entre abrigos, toses, pitos y relentes
todos resuelven como pueden los papeles,
mientras tanto impertérrita la estatua,
cual gárgola de piedra hacia dentro,
necesita para respirar una abertura perenne.
Mas si ni a moral ni a sentido común se atiene
y desoye, con tal burla, designios aún más altos,
¡voto a cristo que los demás acabarán
a la infame arrojando por su propia ventana!

Imagen: La ventana abierta. Matisse.

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